VIA LIBRE

Posted: viernes, 18 de febrero de 2011 by Isaias Romero P. in
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Vía Libre

El coronel en su laberinto
Renson Said



El comandante de la policía metropolitana de Cúcuta, coronel Álvaro Pico Malaver, concede una entrevista a La Opinión en la que hace un diagnóstico sobre la inseguridad en Cúcuta. Dice que se han reducido los homicidios en la ciudad y que los 14 muertos del mes de enero fueron “casos de intolerancia y otros de tipo pasional”. En términos generales la ciudad se ha ido recuperando. Además hay una “reconstrucción de confianza en la institucionalidad”. Y, como cualquier político curtido, afirma que el narcotráfico “es la madre de todos los males”.


Al margen de lo estúpido que resulta el dibujo que hace de la ciudad hay que recordarle al coronel que gran parte de los homicidios y desapariciones forzadas de los últimos años se han hecho con la complicidad de la fuerza pública. Hay, por supuesto, delincuencia común, pero las más temibles masacres que se han cometido en la ciudad y el departamento han sido ejecutadas por grupos paramilitares que operan con la complicidad de la policía metropolitana.


Lea usted, señor comandante, las versiones libres y las indagatorias entregadas por la Fiscalía en la audiencia de reparación de Jorge Laverde, alias “El Iguano”, ante el Tribunal Superior de Bogotá.


Un colega suyo, el coronel William Montezuma, ex director departamental de la Sijín, en Norte de Santander, era, según la Fiscalía, una pieza clave de las autodefensas. El oficial, según testimonios de desmovilizados, “les pasaba información (a los paramilitares), les decía cómo iban las investigaciones judiciales contra ellos y les advertía sobre operativos policiales con antelación”. Fue por las informaciones que este coronel suministraba que se ejecutaron varios asesinatos y masacres. Por el asesinato de una familia, señalada por el coronel como colaboradores de la guerrilla, recibió la recompensa paramilitar de 10 millones de pesos.


Según un informe de revista Semana “los paramilitares lograron hacerse al control militar, económico y político de la ciudad, infiltrando entes gubernamentales y organismos del poder local y regional. La injerencia paramilitar en Norte de Santander incluyó –según declaró Mancuso– el pago de mil millones de pesos para los servidores públicos que hacían parte de una “nómina paralela”, nómina que envolvía a altos funcionarios de la Fiscalía de Cúcuta, del Ejército, la Policía y el DAS”.


Todavía se recuerdan las masacres en La Gabarra, el retén de la Refinería y los atropellos a los tibuyanos cuando señalaban a los miembros de la policía que colaboraban con los paramilitares.


De modo, coronel, que esa “reconstrucción de confianza en la institucionalidad” es pura paja. O es usted muy ingenuo y por lo tanto no debería ocupar el cargo que ocupa, o cree usted que uno es un imbécil al que le puede echar un discurso maquillado sobre seguridad cuando todavía el hedor de los cadáveres pudren la institución que representa. ¿Quiere de verdad que los cucuteños tengamos confianza en la institución? Lidere, pues, una purga interna. Porque, según sus propias palabras “hemos hecho traslados, retiros y destituciones de oficiales a los cuales les hemos comprobado su participación en hechos delictivos de corrupción”, pero todavía no hay nadie preso. Habla usted igual a un político: investigaciones, traslados y bla bla bla, pero nadie ha sido judicializado.


El paramilitarismo ha permeado todas las capas de la sociedad. Ha penetrado a la policía, al ejército, la política, la clase empresarial. Ha financiado campañas políticas y se ha abierto un espacio en la sociedad a sangre y fuego. Hasta que no haya un saneamiento interno no habrá esa “confianza” de la que usted habla. Salga del laberinto, coronel. Camine las calles y verá que la realidad lo contradice.

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Primera Pàgina de La Opiniòn

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