VIA LIBRE VIERNES 30 DE ABRIL DE 2011

Posted: jueves, 28 de abril de 2011 by Isaias Romero P. in
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PAGINA JUDICIAL
Por: Renson Said Sepulveda

No ha salido todavía en las páginas judiciales la noticia de la muerte del Partido Liberal en Norte de Santander, pero su hedor –ese hedor putrefacto de cadáver en descomposición- ya produce náuseas. Abre uno el periódico y hay que taparse la nariz leyendo la noticia de que el Partido Liberal recibe el apoyo de Ramiro Suárez.

Y es una lástima, porque el liberalismo, como sistema filosófico, es lo que ilumina y da sentido de libertad a su andamiaje político. El liberalismo considera que su razón no es única sino que hay otras en el vasto universo en el que se mueven los hombres. Es el partido de la libertad y de la justicia, porque contiene el espíritu de Kant y Voltaire y el de los enciclopedistas franceses que llevaron a la Europa del siglo XVIII a imponerse frente al oscurantismo de la religión.

Al liberalismo se le debe la posibilidad de la crítica: ese “público y libre examen”, de que hablaba Kant. Y la separación de la Iglesia y el Estado y el respeto por las minorías. Y el respeto a la vida, claro, a la libertad de prensa. Y también a la posibilidad del desorden: o sea, que constituye lo contrario al orden divino, establecido por un Dios único a través de sus testaferros conservadores. Durante el siglo XIX colombiano algunas ideas liberales significaron el progreso con mayúscula: el federalismo, el anticlericalismo, la educación no confesional, la libertad de imprenta. En fin. Por eso sorprende que un hombre como Ramiro Suárez, que simboliza todo lo contrario a un espíritu liberal, penetre el liberalismo y lo influya como hace con otros partidos. Nada más contrario a la libertad de prensa y al respeto de las ideas ajenas como Ramiro Suárez, que durante su alcaldía, no sólo insultaba y censuraba a periodistas que no eran de su agrado sino que, según el presidente Álvaro Uribe, amenazó de muerte al senador Juan Fernando Cristo. El mismo senador que, con su venia, permite la entrada a las filas del liberalismo, a un personaje cuestionado e investigado por la justicia.

Pero eso no es todo: Ramiro Suárez está siendo investigado por sus presuntos vínculos con el paramilitarismo y por el asesinato del asesor a la alcaldía Enrique Flórez. Es vergonzoso que la ambición por el poder lleve a los liberales a traicionar a sus electores (que sólo son importantes en la medida en que puedan votar) para hacer alianzas que les permitan seguir chupando de la teta del Estado. Parece que los dirigentes liberales maman arrodillados, como los terneros grandes. O, mejor dicho: Ramiro los arrodilló, los sometió y los puso a chupar de sus propios pechos.

Este retroceso histórico del conservador Partido Liberal supone la traición al más fino pensamiento libertario que se cultivó en el pasado. El liberalismo produjo hombres superiores como Gerardo Molina, Jorge Zalamea, Alfonso López Pumarejo, Jorge Gaitán Durán y el maestro Darío Echandía, entre otros. Su magisterio no tiene continuadores. ¿Para qué una alcaldía liberal que desde ya está desmostando su voracidad burocrática? Ya no hay grandeza en estos dirigentes porque no hay decencia en la política. Hay más ideología en la página judicial que en sus discursos. Todo esto apesta, claro, porque el cadáver del partido expulsa unas ventosidades hediondas que ahora llaman “acuerdos políticos”.

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