LAS COSAS DE LA BIBLIA

Posted: viernes, 22 de noviembre de 2013 by Isaias Romero P. in
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Columna Vía Libre - Por Renson Said Sepúlveda


En Colombia celebramos el día de la raza, la batalla de Boyacá, el 20 de julio, el día del Sagrado Corazón, la fiesta de San José, el año nuevo, la fiesta de cumpleaños, san Pedro y san Pablo. Y doscientas cosas más. No sé si el día del chontaduro ya está establecido por acuerdo público, pero para allá vamos, a juzgar por la iniciativa del Concejo municipal de Cúcuta de celebrar el día de la Biblia. Con esto se busca “incentivar la lectura de la Biblia, como libro fundamental de enseñanza y sabiduría”.


Imagen tomada de consejodecucuta.blogspot.com

Al margen de que me parece una completa  estupidez  promover por decreto la lectura de la Biblia - o de cualquier texto: ya sea el Corán o Don Quijote-  es una estupidez mayor hacerlo, como dijo el pastor Ricardo Ruiz Carrillo, “para que la lean y la apliquen”. Yo no sé si el señor Ruiz ha leído la Biblia, o si el concejal que presentó la iniciativa tenga idea de lo que está proponiendo. Pero lo cierto es que no ha habido otro libro en la historia de la humanidad más sangriento y vengativo, y que promueva la intolerancia y el machismo, la pedofilia y la endogamia,  el incesto y la esclavitud, como lo hace la Biblia. La idea de la superioridad de la raza y el exterminio de los infieles a nombre de “la verdadera fe”, viene de allí: como también viene de allí las cruzadas y la Inquisición, y las hogueras medievales en las que quemaban vivas “a las mujeres que indujeran a los hombres al amor pecaminoso”, o a los hombres como Giordano Bruno, por atreverse a decir que el universo es infinito.



El Levítico y Números son libros que han permitido al pueblo de Israel las más sangrientas luchas de conquista y dominación. Todavía hoy los hijos de Isaac (los judíos) se enfrentan con los hijos de Ismael (los árabes) por un territorio que, según los judíos, el Dios único (Dios de los ejércitos) les otorgó en el Antiguo Testamento. Con ese pretexto se han matado mutuamente y lo siguen haciendo en defensa de un mandato bíblico.

“Dios es amor”, dicen los creyentes recitando un verso bíblico. Pero la Biblia muestra lo contrario. Muestra un odio visceral de Dios hacia el hombre y sus cosas. Mató a más de 30 millones de personas durante el diluvio universal (¿acaso no era más fácil hacerlos desaparecer?), dos millones en Sodoma y Gomorra. El Génesis habla de los siete años en que  Dios dejó que el mundo padeciera hambre  y se calcula que fueron 70 mil los muertos. Los 300 mil de las plagas de Egipto. El millón de inocentes  primogénitos que narra el Éxodo. Los 14 mil setecientos que murieron por quejarse de Dios y que narra el libro de Números en el capítulo 16: 49. El millón de etíopes que cuenta el segundo libro de los Corintios. Y así hacia el infinito. ¿Qué enseña la Biblia? La soberbia (“Quién no está conmigo está contra mí”). La venganza (“ojo por ojo y diente por diente”). La irá (Jesús sacó a correazos a los mercaderes del templo). El incesto (las hijas de Lot engendraron de su padre a los moabitas y a los amonitas). La poligamia (Salomón tuvo más de 700 esposas). En fin. Ah, pero es que usted está siendo reduccionista, señor Said, ¿acaso no ve nada bueno en la Biblia? Claro que sí: en el Nuevo testamento Jesús multiplicó los panes y los peces. ¿Y qué pasó? Bueeeno, pues que el muy envidioso  no le enseñó la fórmula a nadie y nos dejó jodidos.

Hay que leer la Biblia “para que la apliquen”, dice el pastor Ricardo Ruiz. Empecemos, entonces,  por sacar a los mercaderes del templo. A todos los Satirios y obispos y sacerdotes y Papas que a lo lago de la historia se han aprovechado de la fe para hacer de la religión un negocio tan rentable como el tráfico de armas.



Consejales de la ciudad de Cúcuta con la Biblia en sus manos. Foto tomada de   concejodecucuta.blogspot.com

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