Un moderno Quijote

Posted: viernes, 13 de diciembre de 2013 by Isaias Romero P. in
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Columna Vía Libre


Tiene 23 años. Es de mediana estatura. Su conversación es inagotable. Si habla de arte, los ojos le brillan. Si habla de ingeniería mecatrónica (carrera que cursa en la Universidad de Pamplona) su sonrisa es una ventana abierta. Dice que es feliz porque hace lo que le apasiona y no lo que le ordenan. Y su pasión es el arte, la curaduría, la museografía. Ha hecho cursos  y diplomados y recientemente participó en el VII Encuentro Iberoamericano de museos, en Barranquilla. Representó al museo Centenario, de Cúcuta y al Museo Ramírez Villamizar, de Pamplona.

Estoy hablando de Henry Bonilla Contreras, un joven cucuteño que esta noche presenta, en la Torre del Reloj, la exposición Urbanismo y Sensualidad, de la cual es curador. Son 23 obras de artistas de Norte de Santander y Santander.  Dice Henry: “el principal objetivo de este proyecto es propiciar el estudio de aspectos urbanísticos en el arte contemporáneo con una mirada sensual de la vida cotidiana en la región Oriente”.

Su vida no es un enfrentamiento entre la ingeniería y el arte, como pudiera sospecharlo un lector desprevenido, sino de mutua hermandad. Henry quiere aplicar algunos conceptos de la ingeniería mecatrónica al arte contemporáneo. Y más le vale al interlocutor no preguntarle nada al respecto porque suelta de inmediato un rollo de nunca acabar. Tiene las cosas bien claras. Un organismo frágil como el suyo es la prueba de que todo ciclón nace del reposo. 



Pero no todo ha sido fácil para Henry Bonilla. Es un joven que quiere hacer cosas pero no lo dejan. Nadie lo apoya. Le cierran puertas, le dan zancadillas, algunos funcionarios se burlan de él y lo insultan porque sus proyectos son desmesurados. Los mismos artistas (algunos, para los que Henry trabaja) son los primeros en obstaculizar sus propuestas. Hace poco dije en una columna que la enfermedad que corroe al artista de Cúcuta es la envidia. Y Henry lo ha podido comprobar. Para la exposición Urbanismo y Sensualidad que se inaugura hoy en la Torre del Reloj, Henry encontró múltiples obstáculos. 

Primero, nadie creía que un muchacho desgarbado y sin experiencia pudiera convocar una nómina de artistas de lujo.  Segundo, que la exposición fuera itinerante por los museos de la región Oriente y Caribe colombiano, y tercero, que esos artistas convocados avalaran la propuesta. Hasta la directora del Museo de Arte Moderno de Bahía, Brasil, envió a Henry un mensaje de felicitaciones por la exposición y el ministerio de Cultura y Educación de Colombia le dio un espaldarazo. Pero fue acá en Cúcuta donde encontró los tropiezos. Nadie le prestó atención. En ese vasto océano de envidias, celos y frustraciones que constituye el gremio cultural de la ciudad, Henry se encontró con tiburones, pirañas, cocodrilos y ballenas. Quiso desempolvar unas obras del maestro Ramírez Villamizar que se están pudriendo en la Secretaría de Cultura y se lo impidieron. Henry quería reactivarlas y exponerlas esta noche. Pero no lo dejaron con la excusa de que ese muchacho no tiene experiencia. Es probable que no la tenga, pero sabe del valor histórico-cultural de la obra y con la asesoría indicada se podría hacer algo para que Ramírez Villamizar tenga un público diferente a la polilla.

La exposición que Henry Bonilla presenta esta noche se realizó con bajo presupuesto y constituye  un escupitajo a esa actitud que tienen algunos funcionarios de no creer en nuestra gente. Es muy fácil apoyar a quien posea un largo historial de títulos académicos, muchas millas acumuladas y un acento foráneo. Pero así, las cosas no tienen gracia. Lo verdaderamente importante y revolucionario es apoyar a alguien que no ha salido nunca de la ciudad, que se ha formado con disciplina y que además ha demostrado ser juicioso en su trabajo.  Es probable que Henry no sea portada de ningún diario del mundo y que su magnífica exposición de esta noche no sea registrada por la prensa latinoamericana. Eso a él no le importa. Es un moderno Quijote que ya empezó a desfacer entuertos y a liberar virginales doncellas.

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