LA VIOLENCIA COMO NEGOCIO

Posted: viernes, 24 de septiembre de 2010 by Isaias Romero P. in
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Via Libre, la más reciente columna de Renson Said en el periódico La Opinión de la ciudad de Cúcuta

via_libre19@hotmail.com


La violencia en Cúcuta se ha vuelto tema de conversación en todas las tertulias: en los cafés, en los pasillos, en las universidades. Todos tienen una opinión más o menos clara de las razones por las cuales ha aumentado el índice de homicidios en la ciudad. El sicariato, el microtráfico, las bandas emergentes, las Águilas, en fin. Violencia en todas sus formas: desde el secuestro y la extorsión hasta el asesinato selectivo. Pero no es que sea sólo tema de conversación: los homicidios en Cúcuta, las luchas intestinas del narcotráfico por apoderarse de la ruta del Catatumbo, la alianza de paramilitares con la mafia y la política, todo eso, digo, nos ha enfermado como sociedad. Nos ha vuelto intolerantes, mezquinos, violentos. Desde hace rato la mafiocracia instauró en Cúcuta la cultura del dinero fácil y eso lo corrompe todo.



Según informes de la Fundación Progresar los grupos armados ilegales se pasan la franquicia del negocio: “nueve propietarios en seis años (Mancuso, Macaco, Los Mellizos, El Jabón, Los Rastrojos, Don Mario, Los Paisas, Los Comba y Los Urabeños), son dueños de una franquicia que no se desvaloriza, pues mantiene las condiciones ideales para el crimen y el delito. Hacen empalme no sólo de hombres, armas, rutas, caletas y contactos con la guerrilla, sino también de las relaciones públicas y sociales. Trayendo esto como consecuencia un alarmante estado de intimidación y control social, agravado por el microtráfico, la distribución de heroína y drogas sintéticas, el ajuste de cuentas, las oficinas de cobro, las cuotas de seguridad, la extorsión, y el agravamiento de las condiciones socioeconómicas de amplios sectores de la sociedad, como el desempleo, pobreza y miseria”.



No es con mercados que se resuelve el problema de la violencia, como cree la alcaldesa. Ni aumentando el pie de fuerza, como cree el comandante de la policía. Ni sometiendo a la población, como creen los paramilitares; ni haciendo Consejos de Seguridad, como cree el Gobernador. Es resolviendo el problema de la impunidad. El que delinque lo hace abiertamente porque sabe que cuenta con la impunidad y el apoyo de la fuerza pública.


Aunque no todos los miembros de la fuerza pública son corruptos (los hay que engrandecen la institución con su comportamiento cívico), no se puede ignorar que la alianza de la fuerza pública con el paramilitarismo es uno de los principales factores de la violencia en Cúcuta. De ahí viene la impunidad. No creo que tenga que recordar lo de los falsos positivos en Norte de Santander, ni las revelaciones de Mancuso en las que confesaba cómo la policía le ayudaba en la ejecución de masacres: ejecuciones extrajudiciales.


Eso no ha cambiado mucho. Por eso siguen los asesinatos. El comandante de la policía, Jorge Iván Flórez, en entrevista a La Opinión, habla de 238 asesinatos en lo que va corrido del año. El informe que publicó ayer este diario habla de 239 muertos. Pero ni uno ni otro tienen en cuenta los 105 cuerpos que reposan en el instituto de Medicina Legal, de los cuales, 34 están reseñados como muerte indeterminada, 31 sin determinar y 40 en estudio. Este dato reventaría cualquier estadística oficial.


Sin embargo, el problema no son las estadísticas. Es que la violencia se volvió negocio.

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