EL JUEGO DE LA POLÍTICA
Posted: viernes, 10 de mayo de 2013 by Isaias Romero P. in
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Columna Vía Libre - Periódico La Opinión
Por: Renson Said
Hace poco se sorprendía el concejal Pedro Durán Barajas de que el alcalde de la ciudad haya publicado en este diario un aviso de página entera en el que se adjudicaba inversiones del gobierno nacional sin ningún empacho de vergüenza. Inversiones que no son suyas, pero que el alcalde se las apropia de rebote, indirectamente, como quien recibe un balón que no estaba esperando en la cancha de juego y hace gol. Pero ese gol no es válido, porque metió la mano. O la zancadilla: con Donamaris nunca se sabe.
Lo único cierto es que Donamaris está jugando a la política. Y en ese juego todo es falso y mentiroso. No es el único que juega, claro, Pedro Durán también está en la cancha. La diferencia radica en que mientras Donamaris lleva el balón por la derecha, Pedro está en la banca, esperando a que lo llamen. Mientras tanto grita, escribe, vocifera, denuncia. Lo mismo hacía Donamaris cuando estaba sentado: entonces sus gritos y diatribas eran contra María Eugenia, la capitana del equipo de entonces.
Todo esto se acaba cuando llegue algún empresario y los compre a los dos y los ponga a jugar en el mismo equipo para el mundial de fútbol de las elecciones en el 2015. Ronaldo le costó al Real Madrid 94 millones de Euros. Messi vale 100 millones de dólares. ¿Cuánto le costará Donamaris a la ciudad? ¿Cuánto le costará Pedro Durán al Partido Liberal? Parece mucha plata, pero recuerden ustedes a Manuel Guillermo Mora (ese otro jugador aventajado del equipo de la U) que hizo un buen partido con su famosa nómina paralela: se llevó mil millones de pesos, varios parques de la ciudad vendidos a particulares y el título de mejor goleador de la temporada.
Donamaris lo está superando: las 20 mil casas que prometió regalar a cambio del voto a su favor, y que constituyó la base de su campaña política, resultó un fiasco. Habían dos casas modelos construidas: a una la demolieron y la otra es una bodega de la ferretería El Palustre. Los convenios con la empresa española (que estaba en quiebra) Fergo Aisa para el desarrollo del programa bandera del alcalde nunca fue cierto. El sospechosísimo viaje a Brasilia no dio ningún resultado. El aumento excesivo del impuesto predial. La arrogancia con el gremio de los taxistas que fueron tan importantes para su elección. La traición a mansalva de la promesa de reubicación en condiciones favorables a los vendedores informales. En fin.
Todo esto ha convertido a Donamaris Ramírez en un alcalde autócrata, patético, autista, ególatra, mitómano y hasta mitófago. Y goleador, claro. Su único rival es el concejal Pedro Durán. Pero me asalta de pronto una pregunta: ¿Pedro Durán denuncia los atropellos de la alcaldía porque quiere defender los intereses de la ciudad o porque está en campaña?
De todas maneras no me gusta este juego: aquí todo se hace a las patadas.
